La Costa Lairaga.
Topónimo con el que se denomina a la franja costera del norte de la isla, entre la población de Bañaderos y San Felipe. Incluye una ribera con algunas playas y charcos intermareales con muchos topónimos que de naciente a poniente son: Los Charcones, Las Coloradas, Los Marrajos, Quintanilla, San Andrés, Bocabarranco, El Altillo, El Varadero, Charcos de San Lorenzo, La Bajilla y Playa de San Felipe, conocida popularmente como Playa de Vagabundo, y otros menores que harían interminable esta relación. El origen del nombre puede deberse a la existencia hace años de la Hacienda de Lairaga, que albergó en la antigüedad una finca de plataneras. Esta franja costera parece abandonada recientemente por el mar, quedando los antiguos acantilados en el interior, como formando un gran cantil, y efectivamente, según dice el Profesor Telesforo Bravo «… ese escalón fue acantilado marino y hoy está lejos de la orilla por levantamiento tectónico…». Para alcanzar esta conclusión basta contemplar los escarpados y bellos márgenes que tienen su inicio en el Risco de San Pedro en Bañaderos, dando paso a los cabos de los lomos de Quintanilla y Grande construidos por pequeños barrancos, para recobrar la visión de los cantiles al sur de San Andrés hasta El Cabezo, donde permitirá el desagüe del barranco de Azuaje tras haber sido obligado a sortear la resistencia de Los Blanquizales a la altura de El Altillo. A partir de aquí, se verán solo interrumpidos por los cauces de desagües de los barrancos de El Pagador, El Salado, de Moya y El Hormiguero-Valerón. En relación al origen del nombre, Abreu Galindo narra las estratagemas de los aborígenes canarios del lugar que estaban siendo atacados y salteados repetidamente por los «cristianos» que venían por mar de Lanzarote y Fuerteventura, en tiempos del Señor de Lanzarote, Diego de Herrera: «… En una ocasión, cuando vieron venir ciertas barcas, se pusieron muchos canarios en emboscada y los más sueltos o ligeros hiciesen como que estaban mariscando por la costa, algo apartados del puerto, y que cuando desembarcaron los cristianos, huyeron tierra a dentro para atraerlos hacia el lugar donde estaban los demás canarios emboscados, e hicieron presos como a treinta cristianos, y los que estaban en las barcas se volvieron a la mar hacia Lanzarote. En otra ocasión, tomaron cinco o seis gaviotas, y le dieron de comer atadas, y después las echaron poco a poco en la población de Airaga, y un día que vieron venir los navíos, pusieron las gaviotas sobre los techos de las casas, para que los cristianos, viendo las gaviotas que estaban quietas, pensarían que no había gente, por lo que desembarcaron para entrar por el pueblo derramados sin orden. Los canarios que los estaban vigilando escondidos, cayeron sobre ellos con grandes alaridos y silbos, prendiendo a algunos y huyendo los restantes…».
Las Zonas de Surf.
La costa de Moya, con una extensión de 4,22 km, cuenta entre muchas otras, con las playas de: La Caleta en el Altillo y las piscinas naturales de aguas transparentes, El Charco de San Lorenzo y las piscinas del Altillo, aptas para el baño durante todo el año. En la Playa de La Caleta, utilizada todo el año por surferos de toda la isla por las excelentes condiciones que posee, se celebra cada año, a principios de noviembre, un Festival Internacional de Longboard, en el que se dan cita deportistas de distintas nacionalidades. Otras zonas para coger excelentes olas para los amantes del surf son: El Bunker, El Picacho, Pico del Paso y Boquines, entre otras. Concretamente, las zonas de surf del término municipal de Moya, serían las siguientes. En primer lugar, se encuentra la conocida como “Boquines” que justamente coincide con la zona donde está localizada la gasolinera BP (rotonda de la Puerta de Moya) al principio del municipio que hace frontera con Arucas. Luego, está “La Caleta”, que abarca la zona del Altillo hasta las piscinas naturales que ahí se encuentran. En la misma zona, pero hacia mar adentro, se le denomina “El Picacho”. Si se continúa por el litoral en dirección oeste, se halla la zona de surf conocida como “El Alto”, que se sitúa justo a la altura del Bar Oleaje (localizado en la avenida). La siguiente franja pertenece a la denominada como “Trinidad”, que se emplaza por la zona conocida por “la Piedra del Altillo” (justo antes de llegar al Roque). Pasando el Bar El Paso y los Charcos de San Lorenzo se encuentra el área conocida entre los surferos como “El Paso” (mar adentro) y en la misma zona, pero en la orilla, se la conoce como “Soledad”. A continuación, se localiza otro lugar conocido con el nombre de “Bochinche”. Y, por último, está “El Búnker”, que se sitúa antes de La Bajilla. Ahí finaliza el término municipal de Moya con el Bco del mismo y comienza el de Santa María de Guía. Por otro lado, cabe señalar que la mejor época para practicar el surf en el litoral moyense va de septiembre hasta abril. Esto se debe al predominio de la fuerza del mar del Noroeste y el viento del Suroeste, Sureste y Este flojo. Sin embargo, durante esa época la zona del “Picacho” no está recomendada para el surf puesto que las olas no son lo suficientemente adecuadas. Sin embargo, cuando cambia al Noreste sí es apta; lo cual suele suceder en verano.
Piscinas Naturales de Moya.
La costa de Moya, con una extensión de 4,22 km, cuenta con las piscinas naturales de aguas transparentes del Charco de San Lorenzo y la piscina natural del Altillo, ambas aptas para el baño la mayor parte del año. Las piscinas naturales del Charco de San Lorenzo se encuentran en el término del Pagador, siguiendo la carretera GC-751 en dirección a San Felipe. Tiene una superficie de 75 metros de largo y un ancho medio de 45 metros. El lugar se caracteriza por soportar un fuerte oleaje ya que se encuentra en mar abierto, pero en el interior de estas piscinas reina la calma. Bañarse en este fantástico lugar es toda una experiencia. Sus aguas están limpias y cristalinas debido a que proceden de mar abierto. Siempre sin olas, aunque haya pleamar, a mayores y pequeños les encanta este enclave porque es como bañarse en una piscina. Asimismo, cabe señalar que hay un pequeño paseo que comienza y termina en dos locales (el restaurante el Paso y el Chiringuito El Charco), conocidos por su especialidad en pescado y paellas. Con respecto a la vigilancia, cabe mencionar que la zona cuenta con un servicio de la Cruz Roja desde las 11.00 hasta las 19.00 horas. Además, en el paseo que da al charco hay una zona de solarium donde se pueden alquilar tanto hamacas como sombrillas. También dispone de una caseta con aseos públicos. A pesar de ser todo muy modesto, se trata de un lugar espectacular para pasar un rato agradable, tranquilo, en familia y para los niños tiene una parte en arena y otra en piedra que les hace muy fácil el baño. Esta zona en verano suele estar llena de visitantes, ya sea en sus piscinas dándose un baño, como en la pequeña explanada mencionada tomando el sol. Por otra parte, se encuentra la piscina natural de El Altillo, que recibe este nombre precisamente por el lugar donde está ubicada. En la actualidad se ha construido una piscina natural donde antes había un charco intermareal. Al igual que las piscinas del Charco de San Lorenzo, sus aguas también son limpias y cristalinas, debido a que proceden de mar abierto. Anexo a estas piscinas se encuentra una playa de mar abierto en el que es muy frecuente la práctica del surf.
Vegetación de la zona de costa (hasta 300 m.).
El municipio de Moya cuenta con una privilegiada situación que hace que se distingan distintos ambientes dentro de su comarca, que se extiende desde el nivel del mar hasta la cumbre. Se encuentran diferentes zonas bien distinguidas: desértico costero del norte, transición, húmedo de medianías y una pequeña franja del ambiente húmedo de cumbre que lo constituyen las zonas más altas del municipio (Montañón Negro-Moriscos). Con respecto a la vegetación de costa, aproximadamente hasta los 100 m.s.m., se encuentra dominada comúnmente por la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera) y la tolda (Euphorbia aphylla). Se trata de plantas endémicas del archipiélago, por lo que ostentan un gran valor natural y paisajístico. Desgraciadamente, se encuentran muy amenazadas por las infraestructuras de la zona. A ellas, hay que sumarles otras plantas específicamente costeras como son la lechuga de mar (Astydamia latifolia), vinagreras (Rumex lunaria), esparragera (Asparagus scoparius), mato risco (Lavandula canariensis), siempreviva costera (Limonium pectinatum), magarza o margarita (Argyranthemum frutescens), espina blanca (Asparagus pastorianus), romero marino (Campylanthus salsoloides Roth). Relacionados con los cauces de barrancos, se encuentran los saos (Salix canariensis), sustituidos bien por comunidades de juncos, granadillares o cañaverales, debido principalmente a la canalización del agua que fluye por el barranco, acompañados también de zarzas (Robus ulmifolius). Ya en las desembocaduras, próximas al mar, cabe destacar el tarahal (Tamarix canariensis). En relación a la fauna de la costa, cabe señalar los numerosos insectos propios de ambientes arenosos, y lagartos de los que ocasionalmente se alimenta el alcaudón real moruno. Además, cabe señalar la presencia de la Pardela Cenicienta, que nidifica en los acantilados. En lugares más húmedos se encuentra esporádicamente aves ribereñas, tales como el zarapito, el vuelvepiedras, el chorlitejo patinegro y la polla de agua. Por otro lado, existe otra zona bien diferenciada de la costera que abarca desde los 100 m.s.m. hasta los 400 m.s.m., aproximadamente. En este área predominan las comunidades vegetales del cardonal-tabaibal, tabaibales amargos (Euphorbia regis-jubae), cardones (Euphorbia canariensis), cañaverales (Arundo donax), comunidades de granadillo (Hypericum canariensis), cerillares (Hyparrhenia hirta), tuneras (Opuntia spp) y pitas (Agave spp). Además, cabe resaltar que en esta zona se encuentran las principales áreas de cultivo de exportación (plataneras), tanto en producción como en estado de abandono.